TALLER PARA PADRES SOBRE EL DESARROLLO INTEGRAL

El pasado taller “Acompañando a nuestros hijos en su desarrollo integral” reunió a familias y profesionales para trabajar herramientas prácticas y accesibles que acompañen el crecimiento emocional, conductual y autónomo de los niños. El encuentro estuvo guiado por nuestro equipo interdisciplinario y abordó tres ejes centrales: emociones, conductas y límites, y el entrenamiento para el control de esfínteres.

Las emociones

Qué son, cómo se expresan y por qué la regulación emocional es la base para la conducta. Se enfatizó la importancia de nombrar, escuchar y validar las emociones como formas de acompañamiento, sin perder los límites afectivos

Conductas y limites

Características de límites adecuados (claros, consistentes, explicados en positivo) y estrategias concretas para prevenir y manejar conductas disruptivas: anticipación, apoyos visuales, consecuencias lógicas y refuerzo positivo.

Higiene y control de esfínter

Un protocolo práctico por etapas (preparación, intentos programados, consolidación y mantenimiento) para acompañar el entrenamiento, con herramientas visuales, registro de avances y manejo de retrocesos.

Durante el taller conversamos, de manera simple y práctica, sobre la importancia de enseñar a reconocer y nombrar las emociones desde pequeños, porque comprender lo que se siente es el primer paso para responder de forma adecuada. También pensamos juntos cómo poner límites claros y coherentes, sin necesidad de recurrir al castigo, para que estos límites sean significativos, sostenibles en el tiempo y realmente formativos.

Otra parte central del encuentro fue el abordaje del control de esfínter. Compartimos pautas y estrategias para acompañar este proceso desde la calma, con rutinas claras y apoyos visuales que faciliten la comprensión de cada paso. Hablamos también de cómo acompañar retrocesos sin frustrarnos, confiando en que cada niño tiene su ritmo y que el sostén adulto hace la diferencia.

Fue un espacio muy valioso para escuchar experiencias, intercambiar miradas y reforzar la idea de que la crianza se aprende, se piensa y se construye en comunidad. Cuando las familias cuentan con herramientas concretas y contención profesional, el clima emocional en el hogar cambia y los logros empiezan a sentirse. Porque los límites con amor, la palabra puesta en su lugar, los tiempos respetados y la presencia adulta activa… son las bases que fortalecen el crecimiento integral de nuestros hijos.

Y un plus que compartimos que siempre genera interés: no existe una sola estrategia que funcione para todos los niños, pero sí hay pequeñas acciones concretas que hacen gran diferencia y que las familias pueden empezar a aplicar hoy mismo. Por ejemplo, armar un “lenguaje común” en casa: elegir 5 frases cortas y sencillas para usar todos los adultos (papá, mamá, abuelos, referentes). Eso baja la confusión, mejora la anticipación y hace que los límites sean más previsibles. Otra idea útil es habilitar un espacio visual para “noticias de la casa”: un pizarrón o una hoja en la heladera con dibujos o palabras claves donde se anticipen cambios del día (“hoy vamos a la plaza después de la merienda” / “esta tarde viene la abuela”). Las investigaciones muestran que cuando los chicos saben qué va a pasar, se sienten más seguros, piden menos explicaciones y aparece menos conducta disruptiva.

Pequeñas señales concretas, sostenidas en el tiempo, generan cambios enormes en la convivencia diaria.

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